Cuando vayas al veterinario con tu gato
18 diciembre, 2017
Llevar al gato a la consulta del veterinario no siempre es fácil, ya que algunos se muestran tan asustados que pueden llegar a ser agresivos. Los consejos que te damos a continuación son muy adecuados para ellos, pero también valen para todos los gatos.
- Preparación del traslado. Tu gato debe ir siempre, siempre, en su transportín. No hacerlo supone un grave riesgo de fuga y pérdida. Para que no sea un suplicio meterlo en él para llevarlo a la consulta del veterinario, es mejor que esté familiarizado. Para ello, nada mejor que dejar el transportín abierto y en un lugar donde el gato pueda utilizarlo de cobijo.
- Esté familiarizado o no, es adecuado colocar dentro una manta que use frecuentemente y cubrir el transportín con una funda para que no pueda ver el exterior. Así se reduce el estrés general. También puede ayudar el uso de feromonas en aerosol.
- Una vez en la clínica, sigue las instrucciones del establecimiento. Es decir, si tiene un espacio reservado a los pacientes felinos, debes permanecer ahí mientras el personal de la clínica no te diga otra cosa.
- Si no hay un espacio especial pero puedes sentarte, mantén el transportín sobre tu regazo y sin descubrir. Si no tienes una funda, coloca la puerta hacia tu cuerpo o de modo que no dé directamente hacia los demás pacientes, muy en especial cuando son perros.
Evita dejar el transportín en el suelo porque aumenta la sensación de vulnerabilidad del gato. Con ello también reduces la posibilidad de que un perro, por curiosidad, se acerque y asuste todavía más a tu gato. - Cuando pases a la consulta, no saques al gato del transportín hasta que te lo diga el veterinario y si él no conoce a tu mascota, avísale si puede ser agresivo.
- Debido al olor que trae un gato después de su visita al veterinario, es posible que los demás gatos de casa se muestren recelosos. En este caso, antes de dejarle relacionarse con los gatos de casa, frota al gato que viene de la clínica con algún tejido que tenga el olor de casa, por ejemplo, con una manta distinta a la que hayas llevado al veterinario.
- Una vez en casa, deja que salga del transportín por voluntad propia. Para ello, es mejor dejar el transportín con la puerta abierta y esperar a que salga cuando quiera.
- Si tu gato ha tenido que ser anestesiado y tienes otros gatos, nunca los dejes juntos durante las primeras horas, ya que tu gato trae un olor irreconocible para los demás, quienes pueden reaccionar agresivamente.